La gente todavía no se anima a salir 😷
Después de tanto tiempo de espera, el pasado 1 julio llegó la tan esperada reapertura de los restaurantes de la CDMX. Ahora ya podemos ir a comer a nuestro restaurante favorito; eso sí, de la mano de estrictas medidas de higiene y seguridad.
Sabemos que la experiencia no será como la de antes, al menos en algún tiempo. Los requisitos para entrar a un restaurante serán el uso de cubrebocas (careta y guantes), la toma de temperatura y responder cuestionarios sobre el estado de salud del comensal.
Debido a lo anterior, la mayoría de las personas siguen teniendo miedo de salir o se sienten más cómodas comiendo en sus hogares sin necesidad de usar tanta protección.
¿Cómo fue la reapertura?
Para poder abrir, los restaurantes tuvieron que cumplir con las reglas de operación presentadas por el gobierno local y la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos (Canirac).
El protocolo Mesa segura indica que todos los restaurantes deberán ejecutar medidas de sanitización y limpieza extraordinaria, tener disponible gel antibacterial, el personal debe usar cubrebocas y caretas todo el tiempo, las mesas deben estar separadas entre sí, no debe haber menús físicos, entre otras.
Así se vivió en algunos restaurantes
En El Parnita, que se encuentra en Yucatán 84, Roma Norte, había una pequeña fila de comensales esperando a entrar. El proceso de acceso fue similar al que aplican en algunos supermercados: cada cliente debe limpiar la suela de sus zapatos en un tapete sanitizante, colocar gel en sus manos y toma de temperatura.
En las mesas no hay tazones con salsa, saleros, servilleteros ni cubiertos; estos los proporcionan solo cuando el cliente lo pide.
A unos minutos del Parnita se encuentra Superette, en Michoacán 181, Condesa. Aquí el personal lleva caretas de plástico rígido y protegen absolutamente toda la zona de la cara.
En Medellín 35, por la Fuente de las Cibeles, se encuentra Tres Gallos, una cervecería artesanal que tenía poco tiempo de abrir cuando empezó la pandemia. Para dar servicio en esta nueva normalidad, el personal tuvo que tomar capacitaciones sobre cómo dar servicio en las mesas, de procesos de sanitización, limpieza del lugar y los objetos.