Pasó de medir 38 kilómetros a casi nada 😧
El cambio climático, una consecuencia de nuestro desarrollo tecnológico e industrial, se cobró la ‘vida’ de un ecosistema más: el glaciar Okjökull, en Islandia, al que los científicos recordarán con una placa que colocarán en el lugar donde solía estar.
Si te preguntas cómo esto nos afecta, debes saber que estas frías regiones funcionan como los enfriadores naturales de la Tierra. Cuando ocurren olas de calor por consecuencia de alguna explosión solar, por ejemplo, los glaciares protegen al planeta de que la temperatura se eleve demasiado al grado de que se produzcan catástrofes meteorológicas, como repentinos huracanes, o que incluso se extingan especies.
A principios del siglo pasado, el OK, como también se le conoce, medía 38 kilómetros cuadrados según la NASA. En 1978 su tamaño se redujo a sólo 3 kilómetros y para 2014 su situación se volvió irreversible que lo declararon muerto. Este año hicieron una nueva medición en la que tristemente no llegó ni a un kilómetro.