¿Sabías que comer cerebros está asociado con un trastorno neurológico? 😰
En alguna película de zombies llegué a ver que la parte favorita al comerse a los humanos era el cerebro. Si esto sucediera en la realidad, ¿qué pasaría? Obviamente no aprobamos en ningún caso hacerlo, pero sí podemos investigar y profundizar sobre ello como curiosidad científica.
Enfermedades por las cuales comen cerebros
Obviamente a nadie en su sano juicio se le ocurriría comer cerebros humanos, por eso ha sido asociado a un trastorno neurológico llamado encefalopatía espongiforme transmisible (EET), que es bastante raro.
Aquí podríamos incluir el Kuru (la enfermedad de los caníbales), la encefalopatía espongiforme bovina, más conocida como enfermedad de las vacas locas, y la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un trastorno del cerebro bastante extraño, degenerativo y mortal, que afecta a una por cada millón de personas, según apunta el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidente Cerebrovascular.
Efectos que causa comer cerebros
Los síntomas comunes de las enfermedades EET o las encefalopatías espongiformes transmisibles, incluyen cambios de personalidad, movimientos espasmódicos involuntarios, sensaciones inusuales, insomnio, confusión, dolores de cabeza severos y problemas de memoria.
Otros posibles efectos secundarios incluyen problemas psiquiátricos como la depresión, la falta de coordinación y una forma de caminar inestable. Actualmente no existe un tratamiento que pueda detener la progresión de cualquiera de las EET, pero estas enfermedades generalmente culminan en la muerte del paciente en el transcurso de unos pocos meses a algunos años.
Tribus que practicaban canibalismo
Todavía en la década de 1960, la tribu Fore de Papúa Nueva Guinea consumía a sus muertos como parte de un ritual funerario. Sin embargo, detuvieron este ritual porque, en un extraño giro del destino, los científicos descubrieron que cuando comían cerebros humanos, podían contraer una enfermedad conocida como Kuru, que causa estragos en la materia gris del cerebro, dejándola como una esponja deformada.
El periodo de incubación de esta enfermedad puede durar unos pocos años, pero una vez que comienza, al afectado solo le quedan unos pocos años de vida, por lo cual era una causa común de muerte.