La reapertura de la hostelería se hará con mucho cuidado 🤧
El turismo y todo lo que este conlleva ha tenido una baja significativa en la economía de todo el mundo. Si bien algunos lugares turísticos han “abierto sus puertas” de forma virtual, es básicamente imposible que los restaurantes hagan lo mismo, por lo tanto, esta ha sido una de las industrias más afectadas.
Ahora la normalidad va a tener que estar marcada por la higiene y la distancia social. Poco a poco se va esbozando cómo será el mundo post-cuarentena y una de las principales preocupaciones son los espacios cerrados en los que se concentra la gente, como es el caso de muchos restaurantes.
En España, por ejemplo, se está luchando por regresar a la “normalidad” y una opción para la operación de los restaurantes es la instalación de mamparas de metacrilato para separar a los clientes.
En Madrid el principal abogado de esta idea es Manuel Gil, un empresario del sector que ha diseñado diferentes modelos para evitar los contagios a la hora de comer en un local cerrado.
Gil presenta unas pantallas transparentes que dividen a los comensales en cabinas individuales con una barrera en medio que separa al cliente de sus acompañantes, dificultando la propagación del coronavirus. El resultado es algo similar a cubículos para cada comensal.
Además de que el aspecto de estas mamparas es poco amigable, también tienen otro problema: su costo es de 600 o 700 euros para los sistemas más exclusivos. De ahí que Gil sugiera que las marcas patrocinen los cristales tal y como hacen con las sillas o los servilleteros de un bar.