Este delicioso platillo nació como lo conocemos hasta 1935 😲
Uno de los platillos mexicanos más amados es el huarache, pues es la combinación perfecta de varios ingredientes prehispánicos y la cultura mexicana. Además, este platillo representa algo qe probablemente no sabías; el testimonio de resistencia y del amor de su creadora hacia su familia.
Carmen Gómez Medina
Los huaraches nacieron alrededor de 1935 muy cerca del Canal de La Viga, específicamente, en el antiguo Mercado Popular de Jamaica, y su inventora fue la señora Carmen Gómez Medina, una mujer que quedó viuda a los 30 años y tuvo que arreglárselas sola para cuidar a sus 5 hijos.
Antes de hacer este invento ella no sabía ni siquiera tortear la masa para hacer tortillas, pues perteneció a una familia acomodada de la ciudad, sin embargo, se enamoró de Andrés Suárez, un campesino y aguador con quien, por diferencia de clases, no podía casarse.
Su necesidad la llevó a inventar
Doña Carmen inició su negocio con un comal, un anafre y un par de bancos. Al principio vendía sopes, gorditas y tlacoyos, pero sus gorditas eran demasiado caras para ser tan pequeñas. Cada una costaba 5 centavos, y si consideramos que por 10 centavos uno podía comerse un pato completo, los clientes preferían comprarles a otros marchantos.
A pesar de todo ella no bajó sus precios y poco a poco sus clientes de dieron cuenta que valía la pena el costo pues sus salsas eran deliciosas y no se podían encontrar en otro puesto.
Según Francisco Estrada, quien recopiló la historia del Huarache de Jamaica y su fundadora, doña Carmen tardó unos 15 años en ganar popularidad entre los marchantes del mercado.
El huarache empezó como una gordita
El huarache nació como un pedido especial para un carnicero del mercado que le pidió a doña Carmen que le asara una costilla y la sirviera sobre dos de sus gorditas. Desde ahí, Carmelita empezó a hacer las gorditas más grandes.
El nombre
Sus clientes solían decirle cosas como “A usted qué le pasa, Carmelita. Primero nos da unas miniaturas de gorditas y nos la cobra caras, y ahora éstas están muy grandes, que hasta parecen huaraches”, a lo que ella respondía: “¡Huaraches en las patas, éstas son gorditas!”.
A Carmelita no le gustó mucho el nombre “huarache”, pero terminó adoptándolo por fuerza mayor. Actualmente su legado lo continúan sus hijos, que son los dueños de el Huarache Azteca y el Huarache de Jamaica.