En vez de contaminar sirven como alimento 👏
Actualmente la contaminación ambiental ha avanzado tanto que se están tomando medidas en todo el mundo para intentar reducirla, pues si esto no sucede, el ecosistema y las especies animales que habitan en la tierra corren un gran peligro.
Debido a lo anterior, un emprendedor indonesio llamado Kevin Kumala, se dio a la tarea de crear unas bolsas de almidón de yuca que se convierten en comida para los peces si accidentalmente acaban en el mar.
¿Por qué decidió crear estas bolsas?
El biólogo indonesio vivió 10 años en Estados Unidos y tras ese tiempo decidió regresar a su natal Bali, sin embargo, al regresar quedó pasmado al ver que las paradisiacas playas de ese lugar estaban contaminadas de tal forma que podría llamársele una catástrofe provocada por la contaminación.
En 2010 3.2 millones de toneladas de plástico y basura contaminaron las aguas indonesias, motivo por el que se calificó a esa región, como una de “las más contaminadoras (y contaminadas) del mundo”, de acuerdo a un estudio en la revista Science en el año 2015.
Debido a eso, el científico y biólogo inició un proyecto que tiene por objetivo trabajar en una solución para que la gente empiece a utilizar menos plástico y recicle más, ya que las bolsas hechas de petróleo pueden tardar hasta 300 años en biodegradarse.
¿Por qué con yuca?
Gracias a la yuca, que es una planta muy abundante en Indonesia, Kumala encontró una manera de crear bolsas biodegradables utilizando el almidón y replicando el proceso que se utiliza en las bolsas de petróleo.
Así nació la empresa Avani Eco, misma que produce otros productos biodegradables como envases desechables para comida hechos de caña de azúcar y “popotes” para beber hechas a base de almidón de maíz que se degradan relativamente rápido y no dejan residuos tóxicos.
El precio de cada bolsa de yuca es de cinco céntimos de dólar, más del doble de lo que costaría una bolsa de plástico normal, sin embargo, el almidón de yuca puede convertirse en composta en menos de 100 días, y se disuelven en minutos en agua caliente y sin toxicidad oral.