A veces el verdadero viaje es el emocional, para prueba esta película 👀🌎
Cheryl Streyed es una escritora estadounidense que en 1995 alcanzó notoriedad luego de realizar un viaje por toda la Costa Oeste entre los límites de Canadá y México, una ruta que consta de unos 4000 km, y lo más increíble es que hizo esto a pie y completamente sola.
La historia de Cheryl comienza justo cuando la de su madre termina, y es que resulta que una de las motivaciones que la impulsaron a realizar el viaje que marcaría su vida fue precisamente la muerte de su madre cuando ella sólo tenía 22 años. Además de este penoso episodio, Cheryl mantuvo una vida llena de excesos entre ellos la promiscuidad, el alcoholismo y la drogadicción.
Es por el estilo de vida lleno de autodestrucción que Cheryl decide emprender un viaje con el simple objetivo de encontrarle sentido a su vida, una que poco a poco parecía consumirse ante ella misma. De esta forma fue que consiguió salir del espiral turbulento en el que se encontraba… viajando.
Streyed, caminó durante 3 meses por un recorrido de 2 km entre los senderos montañosos de California y Oregón, hasta el punto de desgastar por completo sus botas y lastimarse las uñas. En su ruta encontró a más mochileros con los que compartió un poco su soledad. En su libro narra cómo sentía que la vida que mantuvo en el pasado era muy distinta a lo que ahora tenía en el camino.
‘Wild’ en el cine
En 2014 se realizó una adaptación cinematográfica de sus memorias Wild o en español Alma Salvaje, protagonizada y producida por Reese Witherspoon, quien incluso logró una nominación al Oscar ese año como la Mejor Actriz, al darle vida Cheryl en pantalla.
La película respeta y mantiene la esencia que caracteriza a la novela, muchos de los episodios descritos en el libro son abordados visualmente de manera fiel y aunque en su momento de estreno no alcanzó ruido de manera estruendosa, lo cierto es que es una buena muestra de inspiración para todo mochilero.
Wild, nos invita a la reflexión, dando énfasis en el verdadero significado de la vida y de nuestra presencia en ella. Se convierte en una carta fiel de un testimonio crudo y meramente humano en el que la destrucción no tiene por qué ser un destino obligado. Todos hemos pasado por momentos difíciles y duros de afrontar y en ocasiones la forma de superarlos se encuentra dentro de una mochila y un par de botas.