¡Adiós pan, hola ensalada! 🙌
Lo primero que debes saber si quieres engañar a tu cerebro e imaginar que estas comiendo pozole cuando comes ensalada es que todos los sentidos están conectados, es decir, cada día, los cinco (olfato, tacto, vista, oído y gusto) están trabajando de formas extrañas y sorprendentes para forjar tus experiencias.
¿Cómo afectan los sentidos?
Gracias a los sentidos podemos producir fuertes emociones, por ejemplo, si llegas a un cuarto lleno de gente que huele mal probablemente vas a tener una reacción emocional negativa al respecto.
El olor es un truco que tu cerebro utiliza para recordar. Cuando se trata de comida todos los sentidos entran en juego, pero principalmente el sabor también se ve afectado por el olor, textura, color e incluso ruidos que te rodean.
¿Cómo hago los alimentos sanos apetitosos?
Científicos de la Sociedad Estadounidense de Química han encontrado una manera de engañar a las personas haciendo que disfruten alimentos que usualmente nos les gustan: utilizando aromas añadidos para que la comida sana parezca ser más salada, dulce o en general más comida chatarra.
El proyecto se centró alrededor de un dispositivo llamado: cromatografía-olfatometría de gas asociado al gusto. Para desarrollar la máquina, los investigadores pidieron a los voluntarios oler aromas de jugos de fruta real a través de un dispositivo de escaneo del olfato.
Después añadieron las moléculas aisladas para averiguar cuáles cambian la percepción de la dulzura del jugo en las personas. Cuando los participantes calificaron a su percepción de dulzor, los investigadores encontraron que algunas moléculas causaron que percibieran el jugo como mucho más dulce de lo que realmente era.
Otro estudio más reciente, demostró que al añadir aroma de jamón a un flan descubrieron que hizo que el sabor del postre fuera más salado para los participantes, por lo cual los investigadores sugieren que estos olores añadidos pueden servir como un sustituto de los potenciadores del sabor que suelen ser agregados a los platos.