¡Los niños fueron los principales afectados! 😰
La explosión del reactor 4 de la central atómica de Chernboyl, el 21 de abril de 1986, fue el mayor accidente nuclear de la desaparecida Unión Soviética.
Este accidente, que se dio tan lejos de México, afectó misteriosamente al país y causó uno de los capítulos más tristes y ocultos de la historia: a finales de los años años 80 los niños mexicanos murieron tras tomar leche contaminada.
¿Por qué sucedió?
Después del accidente nuclear, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta para que se suspendieran las compras de alimentos a países afectados por los restos tóxicos. Sin embargo, México adquirió de Irlanda 40 mil toneladas de leche en polvo que fueron distribuidas en el país entre 1987 y 1988 por la Comisión Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), un organismo que tenía la función de hacer llegar a las clases populares alimentos básicos a precios bajos.
En este ese tiempo, la Conasupo también controlaba el mercado de leche por lo que el polvo pudo haber sido vendido a más de 30 empresas, entre ellas grandes trasnacionales como Nestlé, Anderson Clayton y Kraft Food entre otras.
Los niños enfermos
“Me acuerdo que era un grupo de 10 niños que estaban en el Hospital Infantil de México enfermos de cáncer, eran nueve niñas y un niño que venía de Durango. A mi hija le detectaron osteosarcoma -un cáncer en los huesos- a los 10 años, que después se le fue pasando a los pulmones y a otros órganos”.
recordó Teodoro González, padre de una de las niñas fallecidas.
Maribel, la hija de Teodoro falleció a los 15 años y fue hasta ese momento que su padre comenzó a platicar con las familias de los demás menores y descubrió algo en común: todos habían nacido el mismo año o posterior a su hija, pero también todos habían sido alimentados con leche de la Conasupo.
“Cuando nos dimos cuenta de eso, porque se había hecho un escándalo muy grande con lo de la leche, tratamos de avanzar, de denunciar, pero es una lucha contra el poder y no pudimos hacer nada y hasta ahora no se ha hecho nada en concreto. Sabemos porque casi todo indica que fue por ese consumo que se enfermaron los niños, pero no teníamos ni tenemos los recursos para hacer una investigación científica porque todo se nos fue en pagar el tratamiento de los niños. A mí cada vez que me hacían un examen socioeconómico para ver cuánto era lo que podía pagar al hospital salía con menos posibilidades económicas, no quedé en la indigencia porque me quedó esta casa”, relató.
El gobierno lo ocultó
Se desconoce cuántos son los afectados, dónde están y cuáles fueron las consecuencias, porque nunca se deslindaron responsabilidades ni se llegó a fondo en las investigaciones.
El último esfuerzo se hizo en noviembre de 1995, cuando el Congreso aprobó la creación de una comisión que investigara ocho puntos relacionados con la Conasupo, entre ellos el tema de la leche contaminada. Pero apenas 11 meses después se cerró el caso y se archivó la investigación.
Lo que se sabe
Por otro lado, lo poco que se sabe se debe a una investigación que realizó el almirante, Manuel Rodríguez Gordillo que en ese tiempo se dio cuenta de que la gente del Batallón de Infantería de Marinase en Veracruz estaba enfermando mucho tras consumir la leche y decidió averiguar su procedencia.
Al ir con la persona que manejaba la despensa salió en la plática que él había comprado leche sacada del robo hormiga de la aduana, la cual era misma leche que manejaba la Conasupo. Ante esto, pidió que se le diera una muestra de la leche, misma que se la dio a revisar al físico matemático, Miguel Ángel Valdovinos, que era amigo suyo.
Mientras esperaba el resultado del análisis fue cuando recordó el caso de Chernobyl y de la nube radioactiva que al extenderse contaminaba los pastos, debido a lo cual había reclamos de los países de Europa del norte hacia la entonces Unión Soviética.
Al preguntar por la procedencia de la leche se dio cuenta que era de Irlanda del Norte, uno de los países que estaban reclamando a la Unión Soviética los daños que había provocado la precipitación de materia radiactiva. Según su relato, al enterarse del suceso dio aviso a las autoridades para que no se difundiera la leche y eso se hizo, sin embargo, se sabe que la incidencia de cáncer infantil aumentó 300 por ciento en la década que va de 1987 a 1997.