Conoce el escalofriante origen de este platillo popular 🍲
El pozole es un platillo prehispánico que es sumamente popular en la cultura mexicana, en realidad, en las fiestas patrias de septiembre es muy tradicional comer un delicioso pozole acompañado con tostadas. Sin embargo, la receta que todos conocemos no siempre fue así. La creación del pozole tiene una escalofriante historia.
El pozole actual
Su nombre, de origen náhuatl, significa ‘espuma’, porque se prepara con granos de un maíz especial llamado cacahuazintle, que durante dos horas se precoce en una solución de agua con óxido de calcio, de este modo los granos de maíz pierden la cáscara fibrosa que los cubre y cuando hierven se abren como flor, lo cual les da una apariencia de espuma.
Una vez listo, el maíz se agrega a un caldo con pollo o cerdo deshebrado, que se adereza con lechuga, cebolla, orégano, limón, rábano, chile y tortillas tostadas. En el transcurso de la historia este guisado ha tenido modificaciones a partir de los ingredientes y gustos de cada región. Por ejemplo, en el estado de Guerrero se le agrega tomate verde, en Michoacán chicharrón, en Colima queso blanco, en Jalisco cerdo y chile ancho, y en las zonas costeras sardinas.
El pozole antes
El emperador Moctezuma disfrutaba de un platillo de Pozole ofrendado al dios Xipe Tótec, pero en ese tiempo la carne con la que se preparaba era humana. La ofrenda se hacía para pedirle al Dios de la primavera buenas cosechas. Durante las ceremonias el emperador se servía un enorme plato de pozole, coronado con el muslo de un prisionero sacrificado.
En recetas de cocina recabadas por los frailes españoles después de la conquista, se manifiesta que restos del cuerpo se cocían con maíz. Otras versiones señalan que lo hervido en el pozole no era carne humana, sino xoloitzcuintle, una raza de perro domesticado y criado para consumo humano.
En el libro Sabor que somos, coeditado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, se cuenta que, en marzo de 1530, luego de vencer a los indígenas, el conquistador español Nuño Beltrán de Guzmán entró a Tonalá (Jalisco), donde fue recibido por la cacica Itzoapilli Tzapontzintli y sus cortesanos con danzas y un suculento pozole.
“Dicen que acercándose don Nuño Beltrán de Guzmán a la olla pozolera, vio que en el maíz había restos humanos inconfundibles, por lo que iracundo echó mano a la espada y quebró de un tajo la olla de arriba abajo, conminando a la reina y los tonaltecos a ya no comer carne humana”.
Sabor que somos.
Uso en funerales
Al contrario de como sucede ahora, en los tiempos antiguos, este platillo era mayormente servido en funerales que en los festejos. Actualmente, es un delicioso platillo que se sirve en las fiestas porque se puede preparar en grandes cantidades, y es parte de la cocina tradicional mexicana, considerada patrimonio inmaterial de la humanidad.