¿Te gustaría comer como Einstein para ser más inteligente? 🧠
Todos alguna vez hemos pensado en qué es lo que hace tan especial a las personas consideradas como genios, ¿cómo llegaron a ser las grandes figuras que fueron? ¿qué hábitos los distingue de los demás? ¿comían distinto, vivían distinto?
Tal vez muchas de estas cosas sean un misterio, pero en cuestión de gastronomía si te podemos decir las cosas que comían algunos de los genios más famosos de la humanidad, igual y comes lo mismo que Pitágoras y no lo sabías, o tal vez comiendo lo mismo que Einstein se te pegue algo de su genialidad.
Albert Einstein
Cuando pensamos en genios, probablemente uno de los primeros nombres que se nos ocurren es Albert Einstein. Existen muchísimos mitos sobre su vida, como que era un mal estudiante o que era ateo o que era vegetariano. Lo que sí se sabe es que este último es verdad (en parte).
Durante casi toda su vida, Einstein comió carne, sin embargo, ya entrado en su edad adulta tuvo problemas digestivos por lo que su médico le recomendó una dieta equilibrada de carne y carbohidratos simples. Pero al llegar a la edad de 70 años, el médico quitó por completo la carne de su dieta. No sabemos si esa dieta alargó sus últimos años, lo que sí sabemos es que ayudaba a que se sintiera mejor, pues él siempre declaró que cuando comía carne lo hacía con cierta culpabilidad.
“Así que vivo sin grasas, sin carne, sin pescado, pero me siento bastante bien de esta manera. Siempre me parece que el hombre no nació para ser un carnívoro”.
Albert Einstein
Pitágoras
Pitágoras fue un filósofo y matemático griego que creía que cuando una persona muere, su alma pasa al cuerpo de otra especie animal. Por ese motivo él siempre llevó una de las dietas más extrañas. Al principio él era completamente vegetariano (lo cual no es extraño), pero también se prohibió comer alubias y tal era su aversión que se cuenta que murió asesinado mientras estaba huyendo de sus enemigos y se negó a cruzar un campo de alubias.
Nikola Tesla
Nikola Tesla tuvo muchos problemas de salud mental en sus últimos años de vida, por lo cual se volvió muy obsesivo en muchos aspectos de su vida, uno de ellos fue la comida pues no consumía nada que le produjera ácido para evitar envejecer.
“¿Mi régimen para la buena vida y mi dieta? Bueno, para empezar, bebo mucha leche y agua… solo como dos comidas al día, y evito todos los alimentos que producen ácido. Casi todo el mundo come demasiados guisantes y alubias y otros alimentos que contienen ácido úrico y otros venenos. Participo liberalmente de verduras frescas, pescado y carne con moderación, rara vez. Se dice que el pescado es un alimento cerebral fino, pero tiene una reacción ácida muy fuerte, ya que contiene una gran cantidad de fósforo. La acidez es de lejos el peor enemigo para luchar contra la vejez “. Nikola Tesla
Charles Darwin
Cuando era estudiante en Cambridge, se hizo miembro del Glutton Club. Este club reunía a estudiantes para comer “carne extraña” como halcón, avetoro o incluso búho. Su dieta también es una de las dietas de genios más extrañas pues tenía un gusto muy poco común.
Se sabe que Darwin llegó a incluir en su dieta armadillos, conejillos de india, o un agouti, que declaró que había resultado ser la mejor carne que había probado. Su dieta fue muy carnívora hasta que, en sus últimos años, enfermó y debía tomar 10 gotas de ácido clorhídrico mezclado con cayena y jengibre. Según Darwin funcionaba.
Steve Jobs
El creador de Apple era extremadamente vegetariano e incluso se sometía a dietas muy peligrosas. Desde muy joven, Jobs se sometió a toda clase de purgas, ayunos y dietas extremas, algunas consistentes en comer sólo uno o dos alimentos durante semanas. Inclusive, en 1977, segundo año de vida de Apple, no comió más que fruta.
Años después tuvo un trasplante de hígado y decidió tomar únicamente batidos de fruta y ninguno le gustaba, hasta que su médico le pidió que dejara de pensar en ellos como “comida” y los viera más como “medicina”. Lejos de alejarse de las dietas, Jobs continuó con los ayunos cuando su enfermedad se agravó pues consideraba que se podía llegar a la iluminación a través de la abstinencia estomacal.
Mahatma Gandhi
Lo más conocido de este pacifista es que, durante sus protestas, instauró métodos de lucha social no vistos hasta entonces, entre ellos la huelga de hambre. No obstante, mientras vivía en Londres, Gandhi seguía una dieta bastante más equilibrada. De acuerdo con sus diarios, disfrutaba cada día de un desayuno que consistía en gachas de avena, leche de cabra y cacao. Sin embargo, en sus etapas más extremas únicamente comía semillas.
Jane Austen
De la famosa escritora se sabe que tenía hábitos peculiares para el desayuno, por ejemplo, nunca comenzaba su primera comida del día antes de las 10 de la mañana. Además, su menú nunca tenía variaciones: siempre desayunaba un bizcocho denso servido con una taza de té.
Wolfgang Amadeus Mozart
Uno de los genios más conocidos de la música era abiertamente carnívoro. Él siempre pedía que su primera comida del día le fuera servida en dos bandejas. La primera tenía tostadas, mermelada, mantequilla, café, leche, huevos escalfados y pollo frío (u otras carnes). La segunda con pomelo, un tazón de azúcar, un vaso de jugo de naranja y un whisky. No podía ser de otra manera.