¿Se atrevería Disney a contar la verdad de esta princesa? 🤔
Todos sabemos que las historias que nos presenta Disney siempre terminan en un final feliz a pesar de la adversidad por lo que sus protagonistas atraviesan. Por lo regular el bien siempre triunfa y el mal se queda con las ganas de prevalecer a pesar de estar bastante cerca de declarase vencedor. Como prueba tenemos varias producciones como Blanca Nieves, La Bella Durmiente, Aladin o La Cenicienta, pero el día de hoy nos enfocaremos en una historia en particular, una que ha estado en boca de todos recientemente debido al anuncio de su próxima adaptación live action y cuya protagonista a despertado el debate entre los miles de fans de este clásico, el día de hoy ahondaremos en la verdadera historia de La Sirenita.
La verdadera historia de esta mitológica criatura (sí, Ariel no es humana) tiene origen en Dinamarca de mano del autor Hans Christian Andersen, quién en su versión al igual que en la versión de Disney, Ariel es una joven sirena que vive en las profundidades del océano con sus 5 hermanas y de igual forma hace un trato con una bruja en el que intercambia su voz por un par de piernas para poder vivir al lado del príncipe que en una noche rescata de un naufragio.
Andersen en lugar de darle un ‘’Felices por siempre’’ decide darle un desenlace trágico a la sirenita, ya que en su versión, Ariel acepta el trato con la bruja, pero al ver que a esta le es imposible enamorar al príncipe, le ofrece la oportunidad de regresar al mar con la condición de que asesine a Eric y así recuperar su cuerpo de sirena. Ariel es incapaz de realizar tal acto y por ende muere al no lograr que Eric se enamore de ella antes del tiempo establecido. Es así que se convierte en espuma y desaparece en las olas del mar.
La historia escrita por el danes dista bastante a la adaptación realizada por la casa del famoso ratón. Esta se ha convertido en una leyenda en el lugar y de la cual sus habitantes se sienten orgullosos, incluso existe una estatua en su honor. Una figura en bronce de una sirena que mira nostálgica al horizonte esperando la siguiente embarcación que llegue al puerto, dándole así un final bastante diferente a la versión romantizada que todos conocemos.