Nueva Zelanda es un país pequeño, con una población de sólo cuatro millones de habitantes
Lo más probable es que llegues a Auckland, una ciudad que no llama especialmente la atención a los viajeros. Sin embargo si le das una oportunidad seguro que te sorprende. Puedes aprovechar para hacer un curso de inglés durante 15 días, te servirá mucho para practicar antes de iniciar la aventura en otros destinos. No te vayas sin pasear por la zona del puerto, por Queen Street y, si no sufres de vértigo, sube hasta Sky Tower.
Los saltos de Doubtfu
La imagen sonora de cientos de cascadas cayendo desde los acantilados cubiertos de arbustos es impactante. El Doubtful Sound es un gigante comparado con Milford: sus tres brazos se extienden 40 kilómetros hasta el océano, y es el más profundo de los fiordos de Nueva Zelanda, con 420 m. Para acceder a este lugar, hay que atravesar el lago Manapouri y luego realizar un viaje en autobús a lo largo del vertiginoso Wilmot Pass, a 670 m sobre el nivel del mar. Todo un espectáculo natural.
Extremo Breaksea
El fiordo Breaksea es otra joya escondida que no puede ser visitada en apenas un día. Rodeado de islas, es ideal para descubrir delfines y otros fiordos remotos. Una nueva manera de explorar Breaksea Sound es en helicóptero desde Queenstown o Te Anau. Una vez allí, está la posibilidad de tomar un barco y surcar el fiordo.