Un kilogramo alcanzó los 140 dólares
Después de 30 años sin cazar ballenas en su territorio, Japón volvió a matarlas este jueves bajo el pretexto de que es parte de su cultura y tradición.
Lo que más les han criticado es que entre las ballenas que asesinarán está la especie Sei, la cual está en peligro de extinción.
Los japoneses usan la mayor parte del cadáver como alimento, pero también fabrican lubricantes, margarinas e incluso bases de pinturas con él.
Fue en Minamiboso, al este de Tokio, donde este jueves despedazaron a la primera ballena de 227 que tienen planeado cazar por lo que resta de 2019.