“Cuando hablamos de avellanas, para mí significa miseria…”😭
La Nutella es un producto muy consumido en todo el mundo y a muchas personas las llena de alegría consumirlo, pero su producción afecta más de lo que aparenta. En un principio, utiliza aceite de palma, el cual produce mucha deforestación y destruye el hábitat natural de muchos animales. Además, su producción involucra explotación infantil.
El 75 por ciento de la producción de avellanas del mundo se hace en Turquía y el comprador principal es el fabricante de la marca Nutella; eso no tendría nada de malo, sin embargo, detrás de esto se esconde una cruel realidad: la mayoría de los frutos que se recogen son recolectados por menores de edad e inmigrantes, los cuales trabajan durante muchas horas y reciben muy poca paga.
Niños trabajando
De acuerdo con un reportaje de la BBC los jornaleros (migrantes kurdos) llevan a sus familias completas a trabajar cada día para generar mejores ingresos, por lo cual es muy común ver una gran cantidad de niños entre 10 y 12 años recolectando los frutos.
“Cuando hablamos de avellanas, para mí significa miseria y trabajo duro”, dice Mehmet Kelekci, uno de los jornaleros, mientras carga a su espalda 35 kilogramos de avellanas recién recogidas.
El trabajo se realiza en una zona montañosa de Turquía. Es una labor agobiante, durante 10 horas al día, en pendientes tan inclinadas que se pierde el equilibrio con facilidad. Muchos recolectores trabajan de forma ilegal, tal es el caso de los niños Mustafa y Mohammed, de 12 y 10 años respectivamente.
Los niños trabajando son una escena típica del momento en que se trae la cosecha en la costa turca del Mar Negro, donde se originan tres cuartas partes del suministro mundial de avellanas. El salario oficial que manejan las autoridades es de 16 dólares al día por las 10 horas trabajadas, pero ellos reciben un máximo de 11 dólares al día y deben pagar un 10 por ciento de comisión al contratista.
Al preguntarle a la madre de familia si ella o alguno de sus familiares come chocolates de avellana, la madre responde que no quiere ni ver el producto por el sufrimiento y la miseria que les causa.
“Personalmente no me gusta”, sonríe, “el sufrimiento y la miseria que tengo con este producto… no quiero ni verlo”, responde la mujer.
¿Por qué no para la explotación?
“Hacen que los niños trabajen como máquinas. Piensa: ¿cuántos niños?, ¿cuántos beneficios?”, explica Kazim Yaman, dueño de una de las huertas de la zona, en contra de la explotación infantil.
Pero a diferencia de Kazim Yaman, la mayoría de los granjeros lo aceptan y a Yaman no le queda más opción que pagar a los niños por trabajar debido a que los propios padres insisten que así sea.
“Intento no hacerles trabajar, pero entonces dicen que se van. Los padres quieren que sus hijos trabajen y se les pague. Es una cadena que debe romperse”, afirma Yaman.
Turquía tiene alrededor de 400 mil huertas de avellanas cuyos dueños son familias y la mayor parte de sus cosechas van a parar a manos de la cadena Ferrero, quien fabrica otras marcas mundialmente conocidas como los bombones Ferrero Rocher, la pasta de cacao para untar Nutella y los chocolates Kinder. La producción anual de Nutella pesa tanto como el Empire State de Nueva York, cerca de 365 mil toneladas, por lo cual necesitan gran cantidad de la producción de avellanas de Turquía.
Actualmente, en su sitió web dicen que es esencial para ellos saber el origen de sus productos para asegurar su calidad, sin embargo, de acuerdo a su último informe, apenas conocen el 39 por ciento de la procedencia de sus avellanas.