Prueba su sabor y conoce sus beneficios 👌
El clima y suelo mexicano se presta mucho para desarrollar una gran cantidad de frutos y especies que son endémicas de este país. Un ejemplo de ello es la chaya, un arbusto que crece en el sureste mexicano principalmente en Yucatán con el que se preparan muchos platillos tradicionales de la región.
Su siembra no es difícil, es un quelite que puede crecer salvaje por lo que su cultivo en jardineras o inclusive en casas es posible. Además, el arbusto de entre dos y tres metros de altura, tiene muchas propiedades, inclusive más que la espinaca, amaranto, col y lechuga.
Entre sus nutrientes destaca el hierro, proteína, fibra, calcio, potasio, vitaminas A y C. Además, también tienen carotenoides, los cuales actúan como antioxidantes protegiendo a las células de los radicales libres. Este nutriente también se convierte en vitamina A, necesaria para la visión nocturna y la salud de la piel.
Entre los minerales que aporta al organismo están el magnesio, cobre, sodio y zinc todos ellos esenciales para las funciones cerebrales. Otra de las propiedades que se le atribuye a la chaya es el hipoglucemiante; esto resulta en un tratamiento ideal para personas con diabetes tipo 2.
¿Tóxica?
Se tiene la creencia de que no se debe consumir debido a que encontraron que la chaya contiene ácido cianhídrico, un precursor del cianuro, sin embrago, esto significa que en realidad es tóxica cuando se consume cruda, por lo tanto, basta con cocerla en agua para que se vuelva inofensiva.
Si no puedes cocerla, un dato importante es que el ácido cianhídrico se evapora a 26° C por lo que si se deja secar al sol también deja de ser tóxica. Lo mejor es que puedes incluirla en muchos de tus alimentos, por ejemplo, si se mezcla con maíz y pepita de calabaza, da al ser humano la capacidad de subsistir durante largo tiempo por los nutrientes y la energía que brindan al combinarse.