Aunque no lo parezca, tienen un efecto positivo 🕷✅
La naturaleza es una maestra de la arquitectura, el diseño y la adaptabilidad. Es común que nos maravillemos con la curiosa forma de muchos animales o que nos sorprenda lo que tienen que hacer para sobrevivir.
Eso pasa en Sindh, Pakistán, donde las arañas han tenido que escapar de las inundaciones a lugares más elevados, como las copas de los árboles. Ahí arriba ellas mandan. Sus telarañas son tan grandes y espesas que se extienden incluso a otros árboles cercanos, lo cual los hace lucir como gigantes algodones de azúcar.
Sí, parece la locación perfecta para una película de terror, pero con la diferencia de que estas estructuras tienen un beneficio para toda la comunidad. Sucede que, desde 2011, han disminuido mucho los casos de malaria transmitidos por mosquitos, pues estos insectos voladores se quedan atrapados en la telaraña.