El nombre es peculiar, pero el producto delicioso 👌
A veces las cosas deliciosas no tienen el mejor aspecto, o en este caso el mejor nombre, pues, aunque suene muy escatológico, los pedos de monja son unos deliciosos dulces de chocolate que poco tienen que ver con el sistema digestivo.
¿Por qué se les llama así?
Estos deliciosos dulces se preparan en el Palacio del Chocolate, el cual se encuentra en la ciudad de Querétaro y tuvieron sus orígenes en la ciudad de Barcelona, España.
El inventor de estos postres fue un italiano que nombró a sus creaciones como petto di monca, palabras que se deformarían al español “pedo de monja” aunque en realidad deberían ser “pecho de monja”.
De esta manera, estos chocolates con leche se han popularizado por el mundo. Aunque al principio, su inventor no hizo chocolates sino pequeñas galletitas espolvoreadas con azúcar glass.
Se volvieron chocolates específicamente en México, al llegar a tierras queretanas. En este estado, además se les agregó unas pequeñas heces fecales con cara. A pesar de su presentación escatológica estos chocolates son una maravilla para el paladar.