Ayudaría a reducir el hambre mundial 👏
Las semillas de algodón nuca han sido comestibles pues tienen un gen que produce una toxina llamada gosipol, el cual es dañino para la salud, sin embargo, un médico finalmente recibió el visto bueno para comenzar a convertir miles de kilos de estos residuos biológicos en alimentos.
Su descubrimiento es esencial pues podría beneficiar a terminar con parte de la hambruna mundial y al mismo tiempo impulsar la economía de los recolectores de algodón.
El Dr. Keerti Rathore recientemente recibió la noticia de que su trabajo en el cultivo de semillas de algodón comestible fue aprobado para su comercialización por el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de EE. UU.
Rathore logró desarrollar las semillas de algodón comestible al silenciar el gen en las semillas que producían la toxina gosipol. Una vez que las semillas se hacen comestibles, se sabe que tienen un sabor similar al hummus.
¿De qué sirven las semillas de algodón?
Estas semillas podrían ser una forma efectiva de alimentar a millones de personas. Al ser naturalmente alta en proteínas, se espera que la planta sea beneficiosa para las personas que viven en países donde la dieta es principalmente baja en proteínas y basada en plantas.
La semilla podría ser molida en una harina e implementada en varias recetas y cocinas, a la vez que se mantiene a un bajo costo e increíblemente abundante en el suministro.
Su impacto en el hambre mundial
En el mundo se producen 48.5 millones de toneladas de algodón cada año, y cada libra de fibra de algodón produce 1.6 libras de semilla de algodón, lo que resultaría en 155 billones de libras de semilla de algodón comestible anualmente. Lo anterior tendría un tremendo impacto en la lucha contra Hambre mundial y desnutrición.
“Al crecer en la India rural como hijo de un médico, había visto los efectos de la desnutrición de primera mano en los pacientes de mi padre. Muchos de sus problemas de salud se debieron a una alimentación y nutrición inadecuadas”.
Rathore, según AgriLife.
Además de su impacto en el hambre y la desnutrición del mundo, la investigación de Rathore también podría llevar a un aumento significativo en los ingresos para los agricultores y la industria del algodón en general.