No todas las especies en peligro tienen la atención humana
Aunque el equilibrio en el mundo animal es muy delicado, la naturaleza se las arregló para mantener el balance sin estas especies únicas e irrepetibles.
George, una tortuga solitaria
La muerte alcanzó al último ejemplar de este gigante de las Islas Galápagos cuando llegó a los 100 años. Lo conocían como el Solitario George. Aparentemente piratas del siglo 18 lo capturaban en grandes cantidades para comer su carne, pues podían sobrevivir mucho tiempo sin agua ni alimento.
El delfín Baiji invadido
El desarrollo económico en el río Baiji, China, acabó con esta especie. Se trataba de un animal de débil visión que chocaba fácilmente con las hélices de los barcos. Además era común que quedaran atrapados en redes de pesca. Finalmente el transporte acuático los ahuyentó por completo.
La cabra de las montañas
Celia murió cuando tenía 13 años de vida. Fue el último ejemplar de esta especie que desapareció por una lenta pero continua persecución. Al menos seis ejemplares podían ser vistos en la frontera de España y Francia. Era bastante común en el siglo 14.
El cuervo hawaiano que enfermó
En la naturaleza ya no existen estas aves. Su particularidad radica en el uso de herramientas para alimentarse. Esta vez la caza no fue el principal motivo de su extinción. Según expertos algunas enfermedades, como la malaria aviar, pudo ocasionar el fallecimiento de la mayoría.
La paloma de Liverpool que pasó desapercibida
Son poco claros los motivos por los cuales desapareció. Aparentemente vivía en Tahití. Especialistas piensan que este animal ya estaba cerca de la extinción cuando empezaron a explotar su hábitat en el Pacífico.
La foca monje del Caribe
Es nuestra culpa que esta foca ya no exista. La industria pesquera comercializaba su piel y grasa. El mamífero disfrutaba de nadar en el Golfo de México y se le pudo ver hasta 2008, cuando se le declaró oficialmente extinta.
Seco hasta la muerte
Ningún ejemplar queda del sapo dorado desde 1989, cuando se le vio por última vez. Habitaba el bosque nuboso Monteverde, en Costa Rica, donde se reproducía en charcos, protegido por una densa neblina. El calentamiento global secó su hábitat.
El guacamayo azul
Así lucía en la realidad el protagonista de la película Río que le dijo adiós al mundo salvaje. La tala indiscriminada y la cacería acabaron con esta hermosa ave. Sobreviven en cautiverio al menos 60 ejemplares, pero expertos pronostican que será muy difícil introducirlos a su hábitat natural.
Cazado por ignorancia
El cuerno de rinoceronte negro es muy valioso en el mercado negro. Se cree que tiene propiedades curativas, a pesar de que está hecho sólo de queratina, que no ayuda en nada a la salud. Fue cazado hasta la extinción para conseguir esta extremidad. Hasta 2011 podías verlo en África.
El zampullín alaotra
En 2009 se le buscó exhaustivamente en el lago de Alaotra, Madagascar. No encontraron un solo ejemplar. Por este motivo fue declarado extinto un año después. La destrucción de su hábitat obligó a esta ave a aparearse con otra especie y al cabo desapareció la especie. El último avistamiento oficial fue en 1982.